¿Qué espero de ti si tengo cáncer?

Hoy es el #diamundialcontraelcancer. Detrás de cada lazo, hay una historia, la de un familiar, un amigo, una compañera de trabajo…

Cada persona juega un papel importante durante el proceso de un cáncer, puedes ayudar si sabes cómo actuar:

 

Como familiar o amigo

Sólo te pido que me escuches y que estés conmigo, no me des consejos, ni me digas que soy fuerte y que lo superaré, porque no me ayuda. Si no sabes qué hacer, pregúntame qué necesito. Estate a mi lado y te sentiré.

 

Como médico

Será muy importante la forma en que me des la noticia de esta enfermedad, tendrá un gran impacto en mí y en mi familiar. Es importante que tengas un gesto, una mirada que me muestre que no soy un número más, una estadística más…Que me escuches, que podamos hablar, incluso consensuar los tratamientos juntos pero, sobre todo, que en el seguimiento me sienta acompañad@, porque al final sólo me queda encomendar mi vida a Dios y a vosotros, los médicos.

 

Como personal de Enfermería

Seréis la cara amable que me reciba cuando llegue al hospital, nervios@.  No me dejéis sol@, ni me contestéis de forma seca, ese día es un día que no olvidaré nunca. Os agradezco que toméis en cuenta mi tiempo de descanso y el de mi familiar cuando esté ingresad@ y que me digáis lo que me vais haciendo porque estamos llen@s de miedos. Sois lo más importante para nosotr@s, conocéis más que nadie nuestra realidad y os agradecemos vuestro cariño y profesionalidad, sin vosotr@s, nada seria lo mismo.

 

Como psicooncólogo y profesional de la psicología

Necesito que me acompañes a mí y a mi familiar en este largo proceso. ¡Por favor, que Sanidad reconozca lo importantes que sois para nosotros y que no eliminen puestos de esta índole en el hospital, ni que tenga que hablar cada semana con un psicólogo diferente!

 

Como investigador

Te pido que compartas la información y los resultados de tus investigaciones con otros investigadores, que sigáis tejiendo esta red de colaboración, con un único objetivo: el bien del paciente. Además,  que se garantice el acceso equitativo a los tratamientos, cuidados y, sobre todo, que se siga invirtiendo en la investigación de los cánceres con menos supervivencia.

 

Como empresa, como jef@

Será importante que me ayudes a sentirme integrad@ en mi ámbito laboral, el volver a trabajar es sinónimo de normalidad y de recuperación de nuestra economía, tan mermada ya por la enfermedad. Y si no puedo reincorporarme en el mismo puesto, adaptar mi actividad laboral a mi nueva situación, eso sí, en el caso de que pueda volver a trabajar…

 

Como compañer@ de trabajo

Mírame y trátame como siempre lo has hecho. Apóyame incluso cuando haya acabado los tratamientos y esté recuperad@, porque aún así, continua una larga carrera de vida, ya que he de recuperarme poco a poco y todavía pasar por varias revisiones, enfrentando el miedo a la recaída.

 

Como sociedad, ¿por qué enfermamos?

Tú misma nos llevas a enfermar y a la vez nos intentas curar, cuando realmente habría que prevenir de VERDAD.  La forma en la que vivimos, junto con nuestra incapacidad de gestionar las emociones, hace difícil para muchos llevar el día a día.  Cuidar nuestra alimentación, con alimentos nutritivos y de calidad, oxigenar nuestras células a través del ejercicio físico, de la relajación y, sobre todo, tener una adecuada gestión del estrés, suman en la balanza a favor de la salud. Aunque, aun así, podemos enfermar…

Los cuidados paliativos también son fundamentales. Como dice Josep Porta, jefe del servicio de cuidados paliativos del Instituto Catalán de Oncología, “… cuando no hay cura, la esperanza es que la enfermedad avance lentamente, cuando avanza, la esperanza es minimizar el sufrimiento y, si continua, la esperanza es morir en paz”

Ahora con la covid-19, muchos diagnósticos se han visto relegados a un segundo plano. El reto es afrontar esta avalancha de casos y también prevenir la soledad y la vulnerabilidad socioeconómica de los pacientes y sus familiares, agravada todavía más por la pandemia.

Por último, siempre digo en que es fundamental concienciar de verdad y no para la “buena conciencia”.

Para mí, ayudar a otr@s que estén pasando por esta enfermedad y concienciar donde me llamen: hospitales, empresas, colegios y foros de pacientes es una labor que me llena y le da un verdadero sentido a mi vida.

 

¿Qué significa empoderarme como mujer?

¿Qué significa empoderarme como mujer?

Para mí significa mucho y lucho cada día contra los sesgos inconscientes que existen dentro de mí.

He nacido en el cruce entre dos países, dos culturas, entre Francia y Túnez. Sin embargo, España es el país que me ha recibido desde hace ya más de 25 años.

En la cuna entre África y Occidente, es muchas veces difícil encontrarse. Son miradas de nuestros antepasados, de nuestras culturas, incluso entrecruzadas que a veces no casan entre sí, ya que las tradiciones y parte de nuestras raíces tiran por un lado y nos recuerdan que no todo vale, que no podemos hacer lo que queremos y cómo queremos, que hay que “guardar las formas”.

De pequeña, iba de vacaciones a Túnez dejando un mes a mi querida Francia. Al llegar allí, no entendía porque no me dejaban salir a la calle a comprar, cuando podía hacerlo en mi ciudad natal, París. ¡Una larga cola de “hombres pequeños” me seguían, eran mis primos! Me rebelaba contra esta forma de actuar sin libertad, un respeto que yo no entendía.

Hoy más consciente de mi riqueza cultural, agradezco la herencia de mi padre y de mi madre y honro mis origenes.

No estoy casada a mis 49 años, no tengo hijos. Soy feliz así, aunque no entiendas mi felicidad. No pertenezco a nadie porque elijo estar con quien quiero, igual que otros eligen estar conmigo.

Hoy sigo sin aceptar, cuando de forma voluntaria o involuntaria, siento este rechazo en un grupo de hombres que no me incluye. Quizás sea yo quien tenga que aceptarme e incluirme.

Empoderarme como mujer es reconocer que soy igual que tú, que todos somos iguales, provengamos de dónde sea.

Empoderarme como mujer, es empoderarse primero como ser humano, diferente pero igual en derechos, en libertades, …

Tengo derecho a que me mires como a una mujer, a respetarme, a cuidarme, a decir “NO” y a no estar de acuerdo contigo. Vivo según mis valores y mi camino es único, igual que el tuyo. Tengo que saber aprobarme cuando nadie lo hace. En eso reside el empoderamiento.

Es normal tener miedo, pero aprendemos a vivir con él y liberarnos poco a poco. También, se lo tenemos que decir a otras mujeres.

Y yo, hija de Oriente y Occidente, te puedo mostrar a través de mis conferencias, cómo he conseguido unir estas dos partes en mi vida y sigo en este camino.

Sólo está en nosotras tener la llave secreta, la que abre la puerta de la autenticidad, la belleza y el poder, hacia la libertad. La que ve las limitaciones de la tradición, pero tiene la capacidad de asumir la responsabilidad y recuperar el poder, resucitando así nuestra tan bella esencia.

¿Y tú, qué haces en tú en tu día a día para empoderarte?

 

 

¡Vive feliz sin propósito!

Muchos me preguntan «cuál es mi propósito», ¿cómo lo puedo saber? yo les pregunto: ¿Por qué tienes que buscarte un propósito?

 

Nos hemos empeñado ahora en buscar un propósito y nos sentimos culpables si no lo tenemos o si no lo hemos encontrado a pesar de haberlo buscado con ahínco.

Estamos en la sociedad de la acción, del “no descanso” porque si no nos sentimos culpables. No nos dejamos sentir, vivir, fluir y confiar, sobre todo.

Tu propósito a lo mejor es ser mejor persona, a lo mejor es hacer una acción buena cada día. Saber disfrutar de cada momento. ¡Este puede ser tu propósito!

Cuando acabé mis tratamientos de cáncer, sentía que tenía que “exprimir” la vida porque le había visto “las orejas al lobo” y empecé, otra vez, a vivir frenéticamente y con estrés.

No quería volver a enfermar, quería recobrar la salud y me di que tenía que vivir de otra manera.

Había oído hablar del propósito, de que si seguía viva después de esta enfermedad, es que tenía algo que ofrecer a este mundo.

Quería vivir de forma más tranquila y más auténtica pero no sabía cuál era mi propósito.

Como decía Victor Frankl en su libro “El hombre en busca del sentido” quien tiene un por qué vivir, encontrará casi siempre el cómo. Y en eso confiaba.

¿Cómo lo hice?

 

Empecé con una pequeña acción, Sabía que quería acompañar y ayudar a otras personas que habían padecido un cáncer. Decidí hacerme voluntaria en hospitales con la AECC.

Escogí el mismo hospital donde me traté, el Hospital La Paz de Madrid. Me di cuenta enseguida que me sentía plena al escuchar a estos pacientes, al darles una infusión como excusa para estar a su lado.

Empecé a ver que tenía el don de la escucha, el don de poder trasmitir historias a través de la palabra.

Nunca pensé en escribir un libro, pero siempre pensé que tenía una historia que contar. Al volver a casa, escribía todo lo que vivía y sentía en el hospital. Relata lo que había vivido durante la enfermedad y cómo había empezado de nuevo a vivir.

En 9 meses, se gestó mi primer libro “Corredora de la vida”. 

Al cabo de un tiempo, mi médico del Hospital La Paz, el Dr. José Ignacio Sánchez Méndez, también prologuista de mi libro me pidió que diera mi testimonio en un congreso de médicos y profesionales de la salud sobre el “proceso asistencial en el cáncer de mama”

Empecé a dar conferencias por toda España. Descubrí que “comunicar” era mi don.

Mi propósito se fue desvelando a medida que fui caminando sin pretensión solo con el deseo sincero de ser coherente conmigo misma, mejorar la vida de los demás y del planeta.

Podemos ser felices incluso sin saber aún nuestro propósito. Con apertura, un mínimo de intención y sobre todo acción, podemos llegar a este “algo” que nos hace vibrar, ahí está la semilla del propósito.

Mientras tanto sólo te puedo decir ¡sé feliz sin propósito!