Nunca había sido una gran deportista pero recuerdo que de joven, se me daba bien correr y sentía que me superaba a mi misma.
Durante el cáncer, con los tratamientos, engordé más de 30 kilos. No soportaba verme así, tuve que hacer algo para sentir que podía vivir y que podía superar el cáncer. Fue mi forma de tomar las riendas de mi enfermedad.
Empecé poco a poco a andar, luego a trotar hasta que pude, con mucha constancia y paciencia, correr varios kilómetros: Bajo mi sorpresa y la de varios médicos y a pesar de los tratamientos, pude correr medias maratones y un trail de 76 kms en Kenia.